Dueño de un palmarés envidiable, Iker Casillas reconoce que el final de su carrera no fue el deseado. El ex capitán del Real Madrid y de la selección española que ganó el Mundial de 2010 y las Eurocopas de 2008 y 2012 anunció el 4 de agosto su retirada del fútbol 15 meses después de que un infarto le alejara de los terrenos de juego.
«No fue una decisión difícil porque no fui yo quien la tomó. Me llegó impuesta por las circunstancias y no me quedó más remedio que aceptarlo. Es verdad que antes del infarto pensaba desde hacía uno o dos años cómo podría ser mi futuro. Lógicamente, cada día me acercaba un poco más a la retirada, pero no terminó como me hubiera gustado. Eso me da pena», dijo.
En una entrevista a la revista France Football, que publicará este martes la conversación completa, el guardameta, de 39 años, reconoció que no tuvo que despedirse por una lesión grave, sino por «algo muy serio» de lo que se libró «con suerte». «Debo estar agradecido porque he tenido una carrera exitosa con más momentos mágicos que caóticos», indicó un jugador convertido en leyenda del Real Madrid y de la selección española, cuya trayectoria tuvo un broche con títulos en el Oporto.