El tanto del canterano empuja al Valencia a la cuarta plaza que da acceso a al Champions.
Apretando los dientes en un partido que se empinaba ha logrado el Valencia agarrarse a los puestos Champions. Por primera vez en la temporada, roza el objetivo que se marca como imprescindible a finales de mayo. Lo ha hecho en un momento del duelo en que la victoria se veía como un premio demasiado grande. Apareció Carlos Soler para cazar un balón peinado atrás por Maxi Gómez que desatascaba un partido que en ese minuto 76 estaba a merced del Celta. [Narración y estadísticas]
Se tantearon ambos equipos desde el inicio sin que ninguno se sintiera demasiado incómodo ni lo contrario. Si los de Celades se acercaron rápido a la portería de Rubén con un disparo de Wass ensuciado por Aidoo, contestaron Rafinha y Aspas poniendo a prueba a Jaume Domenech. El Valencia sobaba el balón con cierta soltura, pero los gallegos encontraban sin dificultad por donde hacer daño. El partido crujía, pero no se rompía hacia ninguna portería.
Los carrileros de Óscar complicaban a Celades, que hizo debutar a Florenzi, un lateral derecho con buenas hechuras que se descolgó en ataque obligando a Rubén a sacar una mano salvadora a un remate lejano ajustado al poste. La sensación era que el Valencia mandaba, pero el Celta se creció al tiempo que lo hacía Aspas. La lesión de Garay dejó noqueados a los rivales, que pudieron irse al descanso con el marcador en contra si Beltrán no hubiera trastabillado una pelota que Rafinha esperaba solo al segundo palo.
Quiso el técnico del Valencia cambiar el escenario con la entrada de Rodrigo al campo. El porqué estaba en el banquillo obedece a las dos semanas de mercadeo del delantero, que ya saben dónde está y lo importante que es para su entrenador. Ferran, de vuelta a la banda, avisó de que empezaba el zafarrancho. Y el Celta agarró el guante. Una falta en la medialuna de Aspas la sacó Parejo en una extraña ayuda que le pidió Jaume.